— Escombros — Sobre el caballo del tiempo viaja el polvo de la memoria Se hace un nudo la garganta del mar El río es un filtro que disuelve el color de las sombras. Miro desde lejos los barcos decapitados por la lluvia las plegarias que se quedan sin un sorbo de fe en el pañuelo. La noche pacientemente espera escondida en los escombros vacíos de la Nada. * * * — Soledad — Las antenas que tienen los poros a flor de piel se han roto oyendo el paso de la soledad de las sombras. Se hanido cayendo internando sus cabezas extrañamanete enfermas. Se hanido cayendo, ahogando distancias despavoridas. Yo siento el crujir de sus pasos violentando sonidos que se ausentan sollozando, atrapando misterios que huyen, escondiendo bocas rasgadas por los gritos descuajados de los mártires que sufren. Yo siento sus ojos alargados resbalando sobre interminables planos llenos de herrumbre, como si fueran troncos cayendo sobre surcos entreabiertos que se escurren. Yo siento los horizontes cargados con lejanías que se espesan en las mareadas gargantas de los serafines ahogados. Yo siento que se rompen las vidrieras del silencio para dar paso a la soledad, a la soledad, rumiando sombras. * * * Carlos Noriega nació en San Juan |
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