Emiliano Martínez Avilés



— Río Cibuco —

Río hermano Cibuco
río de leyendas
que ha pasado la vida
bajando cuestas,
cruzando llanos,
dando revueltas,
recibiendo en tu cauce
toda las piedras
que el mal agradecido
tiró a tus puertas,
mientras dabas en pago
tus linfas claras
a tu hermana tierra.


— Vigilia —

Te estuve esperando
en la callada noche.
Conmigo velaban las estrellas
y las auroras diáfanas
fueron buenas testigos
de la velada aquella.
En la espera me dolían los huesos
y la sangre quemaba mis arterias.
Mis pupilas ardían de cansancio
y la esperanza se dormía en su pena.
Ni la espiga, ni el aire, ni la rosa
me explicaban tu ausencia,
y pasaban los días y las noches
sin dejar de la amada
alguna huella.
Pero no me agobiaba la fatiga,
me alimentaba el pensamiento de ella.
La vi por fin bajar
desde una estrella
convertida en lágrimas de oro
desdibujando su fugaz silueta.
Y cuando ya se aproximaba al suelo
fue tan cálido mi cálido embeleso
que ascendí por la escala de la aurora
y la torné a mis brazos
para que a las estrellas no volvieran.

Emiliano Martínez Avilés nació en Vega Baja en el año 1890

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