Entrada en el olvido

Después de la niebla, el mar
tiene un ala limpia, sola.
La inocencia ya tremola
lo que voy a suspirar.
Nada: un silencio de atar
lo que ayer fuera perdido.
Un abrazo que se ha ido
a perlar la nube ignota.
Y una alegría que flota
en el iris con que olvido.

Francisco Matos Paoli

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