— Madrigal — Filena, codiciosa de un nevado azahar, a un limonero trepaba ya gozosa, cuando el coral purísimo de su labio hechicero una abeja picaba licenciosa. En lágrimas deshecha, tras Lisardo que a la entrada del bosque la esperaba corrió triste la niña; túrgido el labio a su amado mostraba y con graciosa pena, "¡ay! ¡sácame este dardo!" decía llorosa la sin par Filena. Al punto un beso resonó en el valle, que Lisardo imprimió en el labio herido de su Filena pura: ¡Prodigioso remedio!, pues alegre, con grácil travesura vila muy presto hacia la selva umbría correr con pie ligero. Y al sentido reclamo de su amante oí que respondía: "¡Deja otra vez que suba al limonero!" * * * Francisco Álvarez Marrero nació en Manatí en el año 1847 |
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