Francisco Javier Amy



— Una historia —

En un jardín tropical
do ostentan flores preciosas
perspectivas sin igual,
tropecé con un rosal
cuajado de lindas rosas.

Quedéme una estatua hecho
al contemplarlas tan bellas,
y dije muy satisfecho:
–Voy a escoger una de ellas
para engalanar mi pecho.

Recorrí con ansiedad
de tantas rosas la rara,
deslumbrante variedad,
sin que ninguna fijara
mi indecisa voluntad.

Una, alegre sonreía,
tentando mi incierta mano
con su fresca lozanía;
pero noté que roía
su corazón vil gusano.

Otra, entre tantas graciosas,
columpiábase gentil;
pero en sus hojas sedosas
ví las huellas lastimosas
de algún inmundo reptil.

Otra logró cautivarme
con su vistosa apariencia
y casi determinarme;
pero observé al acercarme,
que era una flor sin esencia.

Otra, –un capullo– de amor
en mí despertó la llama;
¡pero no tuve valor
para arrancar de su rama
a tan inocente flor!

Otra, la más peregrina,
suave, olorosa, divina,
arrebatóme al mirarla;
mas, ¡ay! ¡la ingrata, al tocarla,
me hirió con aleve espina!...

Y así, después que, una a una
recorrí el rosal ameno;
tan triste fué mi fortuna,
que me dejé ... ¡sin ninguna
con que engalanar mi seno!

* * *

Francisco Javier Amy nació en Arroyo en el año 1837

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