— Palabra — En la tarde desmayada el aire se torna aroma. Hasta la voz se nos doma en tiniebla enamorada. ¡Cómo luce desatada la palabra que acaricia!, tibia asciende en la delicia y se estrena volandera. Todo tiene en primavera el fulgor de la primicia. La palabra decidida socavó tiniebla y muro. Trazó un signo de futuro y se puso amanecida. La palabra conmovida llenó el aire de alegría en instante de armonía se supo todo el secreto, el sentirse ya sujeto de presencia de poesía. * * * Francisco Lluch Mora nació en Yauco en el año 1925 |
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