Francisco Matos Paoli



— Verdor que salta —

Inminencia, celeste inminencia
de días que son pájaros,
de pájaros que son venas.
Frescas corolas que se imantan
más allá de mi abismo.
Un ritmo aparte que mitiga
la ausencia en que me hallo.
Algo como un dolor
que acorta la distancia del cielo.
Tendré un nuevo ser.
Un ritmo cenital que me hace libre
de todos los augurios de la tierra.
Verdor incontenible.
Verdor que salta hasta alcanzar el triunfo
de lo que ha sido en mí la noche plena.

* * *

— ¿Por qué desaparezco? —

Después de la sutil locura
se agranda mi Dios en los lirios,
empiezo a darme luz en las esquinas
y se paraliza el polen de los muertos
en lo que de mí está sellado.

Me llaman.
¿Qué hacer si los brazos ahuecados
aún repiten el aroma?
¿Qué hacer si la desnudez no es completa
y los narcisos vuelan
desde el gozoso ocaso
hasta mi humilde aurora?

* * *

— Nana de la virgen —

Yo quiero este copito placentero.
Este tul de la risa sobre el muro.
Sentadito en mi falda el mar tan puro.
El donante del iris volandero.
Entre mis manos torna el sol primero.
Un suspiro no más a mi conjuro.
En un pañal de brisa lo aseguro.
Mi pétalo que escuda, mi lucero.

Y ahora recojo, leve, de la luna
la hoja que se duerme en el rocío.
Tanta flor. Tanto vuelo. Tanta fuente.

Yo le digo a la rosa que lo acuna:
más alto el ruiseñor, más alto el mío,
con su ovillo de miel resplandeciente.

* * *

Francisco Matos Paoli nació en Lares en el año 1915

A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z

Borinquen     Décimas     Sonetos     Portada