— Invocación Taína — Padre Huracán, demiurgo de la Antilla, como en indio te miro fascinado y te ofrezco el cemí mejor labrado y el don incalculable y sin mancilla. Te temo y te venero en la semilla. Yo sé que Yocahú te ha generado, pues eres la otra luz de lo creado; eres del ya no ser rota escudrilla. Recibe mis maizales y mis casas; mis lágrimas te llevo en cuencos finos. Yo soy la caña feble que tú arrasas y no lamento nunca tus caminos. Tu voluntad va en ellos y tú tasas. Eres el hilador de los destinos. — Soneto con aire antiguo — A una flor acostada que en mi mesa puse, mirando al resplandor del cielo, canto, llorando su premioso yelo, su aire para morir, su sutileza. Era tallo de sombra su belleza, menos llamado al alto, más al suelo, más de la tierra oscura y de su duelo, de lo de acá con noche y su tristeza. Así para el aquende vive todo. Porque no basta el hábito sublime ni la color del aire frente al lodo. Porque ni amor ni anhelo nos redime de ver lo bello huir, y de tal modo somos para la tierra y lo que gime. Guillermo Gutiérrez Morales nació en Utuado en el año 1928 |
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