Hugo Ríos Cordero



— El silencio de las gotas —

La gota
desciende
y toma la forma de una esfera
según avanza.
Entonces,
se lanza al vacío.
Aunque sólo permanece unos segundos,
luego va alargándose en silencio
hasta golpear el suelo con violencia, perdiendo toda forma.
Se vuelven un minúsculo charco en el suelo,
mas las gotas no aprenden
y de surgir la oportunidad,
volverán a lanzarse.


— No es necesario aplaudir —

Palabras, palabras, palabras
van tomando
la forma de los labios,
luego de surcar los pensamientos,
hasta hacerse gotas
de un aguacero repetino
y eventualmente se vuelven himno.
Y si la poesía es himno,
entonces,
no es necesario aplaudir.


— Quinta plegaria —

Necesito un dios a tiempo parcial;
no grande como el de los cielos
sino pequeño, mas bien personal,
que pueda llevar conmigo
en un bolso de mano.
Que me hable libremente,
y nos tomemos un trago
sin miedo a la muerte
o al fuego eterno.
Que me dé su compasión
cuando caiga la noche
y que me haga sentir
que el otro observa
desde la lejanía,
tal vez, con algo de celos.

Hugo Ríos Cordero nació en Mayagüez en el año 1972

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