— Duarte — El aire se llena de un olor a selva africana; brillan rostros de betún en la naciente mañana. Bailan las lanzas hirientes sus ritmos largos y fieros. Blancor de coco en los dientes lucen los negros guerreros. Ya llegan a la explanada, altos lustros, zancudos; el jefe muestra la espada y ellos muestran los escudos. Sobre una loma cercana y sobre un negro corcel Duarte –gloria quisqueyana– espera con su tropel. Ellos no temen y van al combate carnicero, pero el negro capitán invasor, cayó primero. Y sin jefe ya ni guía la horda luciente y salvaje, se perdió en la serranía donde remata el boscaje. Humberto Padró nació en Puerto Rico en el año 1906 |
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