— De Carmen — Yo no me llamo Laura; acuérdate de mi nombre; canción como del delirio. Yo no me llamo Laura ni me apellidan mía: acuérdate, si lo sabes, de mi nombre que sabías, dirígete por mi nombre a la que esculpes en verso. Que yo no me llamo Laura: acuérdate de mi sí, de mi boca y mi cintura, reloj de arena y locura escurriéndose hacia ti con mi nombre verdadero, con mi metro verdadero de ocho sílabas de alma, y quítame el aura ingrata si me quisite por mí. Yo no tengo el marfil ni las rosas ni esmeraldas que suelen tener las Lauras ni mi abandono era mío, ni era mío el desliz. ¡Cuidado!, que son las Lauras de tinta malas amantes ¡Cuidado!, que resucitan a los poetas pasados. Pero si es mucho pedir que te acuerdes tú de tanto, acuérdate de tres cosas: que yo no me llamo Laura, que yo me perdono sola y también te perdono a ti. * * * |
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