— El barquillero — Repica el barquillero su instrumento de templado metal, y el repique resuena aquí en mi pecho con eco funeral. –¡El barquillero!– grita, y en mi puerta se afana en repicar. ¡Ay! no sabe que el hijo de mi alma abandonó mi hogar. ¡Aparta, zagalejo!, y a otra puerta puedes ir a tocar, que el ángel a quien dabas tus barquillas ya no puede tomar. ¡Aléjate! no suenes por tu vida el agudo metal; su sonido me hiere cual si fuera el hierro de un puñal. * * * José Antonio Daubón nació en San Juan en el año 1840 |
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