— En la brecha — ¡Ah desgraciado si el dolor te abate, si el cansancio tus miembros entumece! Haz como el árbol seco: reverdece y como el germen enterrado: late. Resurge, alienta, grita, anda, combate, vibra, ondula, retruena, resplandece... Haz como el río con la lluvia: ¡crece! Y como el mar contra la roca: ¡bate! De la tormenta al iracundo empuje, no has de balar, como el cordero triste, sino rugir, como la fiera ruge. ¡Levántate!, ¡revuélvete!, ¡resiste! Haz como el toro acorralado: ¡muge! O como el toro que no muge: ¡embiste! * * * — A una coqueta — Una leyenda, tu azarosa vida; tu espíritu voluble, una dolora; tu boca un madrigal es que atesora la dulzura en sus frases escondida. Es de tu frente la risueña aurora idilio tierno que al amor convida y en tu faz palpitante y encendida una égloga de flores puso Flora. De una armonía celestial emblema, tienen tus ojos la cantante llama que alumbra y da la inspiración suprema. ¡Y todo en tí es poesía y todo ama! ¡Y no eres un magnífico poema porque eres un magnífico epigrama! * * * José de Diego y Benítez nació en Aguadilla en el año 1866 |
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