— El ladrón — Mientras la virgen rústica dormía cercano el lecho a la ventana abierta, y su hermosura, a la penumbra incierta, un cisne en su remanso parecía; yo, que la contemplaba y que sentía toda la sangre de mi ser despierta, estuve a punto de gritar: "¡Alerta!", cuando pasó el ladrón la celosía. Yo le vi penetrar por la ventana; vile llegarse, de cautelas lleno, al lecho de la virgen aldeana... ¡Era un rayo de luna que, sereno, besó su casta desnudez pagana, tembló de amor y se durmió en su seno! * * * — Tono menor — Nunca he visto nevar. Pero en mis sueños dejo a veces las tierras tropicales y a las árticas voy en los sedeños lomos de mi pegaso de ideales... Entonces a lo largo de un camino todo tristeza, soledad y albura, peregrino con fe de peregrino bajo la nieve silenciosa y pura. Y son nocturnos mis cansados viajes, y están llenos de luna los paisajes por donde cruza mi pegaso leve. Y viajo envuelto en azuladas brumas, mientras descienden de los cielos plumas de las muertas palomas de la nieve. * * * José de Jesús Esteves nació en Aguadilla en el año 1882 |
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