Jesús López Mass



— Se fue —

Por la vereda del llano
mi novia se fue dormida;
dos luceritos con ella,
dos luceritos la cuidan.

Ella estaba entre mis brazos
–rumor a tarde encendida–.
La media luna de plata
en las plantas florecía.

–Oh tarde pintada a cielos
–sollozando me decía–;
llévame contigo, amado,
hacia la blanca casita.

Un racimo de suspiros
en las ramas se mecía.
–El viento, ¡cómo me hiere!
viento cruel que me la herías.

Los mil incendios de oro
los horizontes teñían.
Rojo dulce rojo triste,
rojo de roja estrellita,
la blanca nieve que duerme
y un viejo que la vigila.

¿Por qué mis brazos tan fuertes,
por qué mi cálida vida
no cubrieron su corpiño,
sus ojos y su sonrisa?

Allá en el verde angustioso
de una lejana fatiga,
en las ramas canta un gallo
anunciando su partida.

Hay, avalancha de fresco
sobre su nívea mejilla
y dos diamantes se incrustan
en su fina muselina.

¡Ay viento que la llevaste
ay tarde llena de envidia.
os doy el cielo y la luna
mas permitid que sonría!

Rojo dulce, rojo triste,
¡rojo de miel esparcida!
La blanca nieve que duerme
y un amante que la cuida.

* * *

Jesús Efraín López Mass

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