— Al borde de la cama — Sentada al borde de la cama, la muchacha se despinta las uñas que se vuelven color de la acetona, brillantes, inocentes, color de que nada ha sucedido. Está sola en un cuarto sin lámpara y pende la bombilla con halo de manzana original. Se ha frotado los labios que se vuelven color de espejo roto. Con un poco de crema y de nostalgia se despinta los párpados, la voz que se le espesa color del otro día. Doblada como un cisne en el exilio se despinta los senos, las pestañas, las cejas que le inventan un arco de ilusión. Está sola en un cuarto rodeada por motas de algodón multicolores. Triste como un cuadro de Renoir. Cuando hala el cordón de la bombilla, el mundo se despinta por completo. * * * — Mujer con lluvia — Todo es lluvia y de pronto una mujer avanza entre la lluvia. Sortea cada bache con breve pie de pájaro aterido. Peinados contra el frío los cabellos. La falda entre sus muslos amparándose. Avanza contra un fondo lluvioso de paredes. El fuego del relámpago, el trueno la apresuran. Camina ajena al signo interrogante que orla su traje al viento, ajena a los misterios que salpica su paso por la lluvia. ¿Qué la trae, qué la lleva, de qué rayo procede su energía? ¿Su nombre, en qué aguacero? ¿Su rostro, en qué llovizna? ¿Qué amada voz, qué urgencia, hacia qué oído los golpes de sus tacos se deslizan? Amparada en la flor de la sombrilla cruza: es lo único vivo en la muerte interina de la lluvia. * * * José Luis Vega nació en San Juan en el año 1948 |
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