José Gordils



— La danza Puertorriqueña —

Poetas del ritmo, con hebras de notas,
bordad el pentágrama; cantad el amor,
con plumas movidas con fuerzas ignotas
¡que traigan arpegios que huelan a flor!

Cread vuestra danza de modo que gima,
que busque las cumbres como un querubín,
que nazca soñando ... que imite una rima
que sale del fondo del hueco violín.

¿Cómo hacen las danzas? Sin duda las crean
con sueños que vibran saltando en tropel,
con chispas sonoras que dulces ondean,
lo mismo que sartas de gotas de miel.

Las hay que semejan suspiros de fuego,
las hay como brisas de fresco volar,
las hay como quejas lo mismo que un ruego,
las hay tormentosas lo mismo que el mar.

Las tenues, las plácidas formadas con tules
y ritmos robados a algún ruiseñor,
parecen muchachas con ojos azules
y plácidas bocas que cantan amor.

Hay otras ardientes. Su voz se derrama,
y el aire se incendia con luz de volcán....
¡Son damas trigueñas con brazos de llama
que saltan y giran y vienen y van!

Mas sólo es hermosa la danza que gima,
que busque las cumbres como un querubín;
¡que nazca soñando! ¡que imite una rima,
que sale del fondo del hueco violín!

Sus blandos murmullos dilátanse en ondas
de música dulce que invita a soñar,
y arquéanse lentos, en forma de blondas,
que el viento deshace y empuja hacia el mar.

Hay trinos que hieren y clavan el pico,
cada uno cual pájaro hambriento y cruel;
y hay otras que ondulan, formando abanico,
y ríen fantásticas, en mudo tropel.

La risa se apaga y esfuma en quejido
que gime doliente, fingiendo al gemir,
nervioso aletazo de un pájaro herido
que muere de pena, cantando al morir.

A un tiempo las notas alegran y amargan
y surgen unidas en coro triunfal,
y a veces se enroscan, y a veces se alargan,
lo mismo que un hilo de forma espiral.

Tiene algo la danza de humano y divino,
tiene algo de cielo, tiene algo de tul,
semeja una cuna de amor cada trino,
que mece un ensueño brillante y azul.

Hay algo en sus frases etéreas y extrañas,
de notas de soles, de chispas de gris,
crujir de palmeras, rumores de cañas ...
parece que se oye cantar al país.

Hay algo en sus frases del cielo de América,
hay algo que es bálsamo de indiano rosal,
que es risa nerviosa de virgen hitérica,
cadencia arrogante de octava real.

Hay fúnebres sones de ensueño de idilio,
de muertos poetas que vuelven al ser,
Leopardi sombrío, riente Virgilio,
Padilla sarcástico, lloroso Gautier.

No hay ritmos que giman con tonos cual esos,
ni el pueblo extranjero, ni el pueblo español,
¡las danzas parecen collares de besos,
que ensartan las hadas en hebras de sol!

¡Oh danza! Sé noble. Respeta al obrero,
no dobles el brazo del rudo titán;
¡los brazos que luchan con fibras de acero,
blandiendo martillos en busca de pan!

La máquina ruge y el sol ha salido,
comienza el combate, preciso es vencer.
¡Oh danza! Detente. La patria ha prohibido
que asaltes el templo del sacro taller.

Aguarda que brille la pálida estrella,
espera la noche fantástica y bella
cuando haya el obrero tornado a su hogar;
entonces ... que vibre tu ritmo, que gima,
que busque las cumbres cual un querubín;
que nazca soñando, ¡que imite una rima,
que sale del fondo del hueco violín!

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