Salió de su casita la bella limosnera
del Amor, ensayando una sonrisa fría,
que pareció una mueca, sin presumir siquiera
para quien, esa noche, su cuerpo guardaría...
¿Sería acaso un joven ingenuo? ¿Tal vez fuera
un viejo repugnante y achacoso? ¿Sería
un sátiro?... "Los hombres, (pensaba la ramera),
todos toman el mundo por una pulpería"...
¡Malditos sean los hombres, porque ellos no comprenden
que no todas las cosas se compran y se venden,
y comprándonos, creen remediar nuestros males...!
...Y cuando ya una lágrima asomaba a sus ojos,
un ente que ignoraba la honra y los sonrojos,
temblando de lujuria, la dijo: "¿Cuanto vales?"...