— ¡Coquí! ¡Coquí! — Bajo la fresca yerbita que recubre mi jardín, oigo muchas vocecitas que gritan: ¡Coquí! ¡Coquí! Me acerco pronto, curioso, a descubrirlas allí, y levanto cada hojita. Mas sólo oigo vocecitas que burlonas todas gritan: ¡Coquí! ¡Coquí...! ¡Por aquí...! ¡Por aquí...! ¡Se están burlando de mí!... Entonces con loco empeño corro de aquí para allí. Registro cada matita, sacudo las florecitas, y se esconden las malditas, cantando muy burloncitas: ¡Por aquí...! ¡Coquí...! ¡Don Coquí! |
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