— Soy — Soy un muñeco de trapo, pies de fieltro, párpados ungidos en gas pimienta vértebras hiladas a macanazos. Línea paralela en el pavimento llovizna de algodón ensangrentado una diminuta esquela en tu memoria. Soy noticia que perspira en vertical voz nacida de un parto de amapolas inmune al chantaje y a la prepotencia. Manifiesto del destino riqueño pitirre de un cielo libre e insondable. Soy... todo lo que te negó la vida. * * * — Soy hijo del fuego... — Soy hijo del fuego fricaivo, reptil de lengua larga y veloz que besa donde la lujuria se desbanca, se hace añicos y se convierte en amor. * * * — Milonga — Si alguna vez tuvimos otro nombre, seguramente fue Milonga. Si alguna vez tuvimos otra piel seguramente la acunó la soledad, la de siempre. La que se engrana a la osamenta y nos ama sin reparos. ¿Qué sería de nosotros sin el pequeño y sublime instante en que un verso se nos posa en la sien y nos besa los dedos? Si alguna vez nos falta ese pequeño instante, la noche nos obsequiaría su extensión en triplicados e inevitablemente nos tornaríamos en granos de sal adheridos a un vitral multicolor. Si algún día sucede... ¿Quién podrá redimirnos, aglutinarnos la esperanza y reconciliarnos en el caos? * * * Miguel Arnaldo Ayala nació en San Juan en el año 1960 |
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