— Sursum corda — No te apenes jamás de haber nacido en una isla de extensión escasa; que no se juzga al hombre por su casa; ni a las aves cantoras por su nido. Isla el Atica es, donde ha lucido mejor del genio la fecunda brasa, y las fronteras de la gloria, pasa su renombre de "pueblo esclarecido". Era pequeña y triste Palestina, y en la más infeliz de sus regiones, brilló del Redentor la Luz divina. ¡Alienta en el trabajo y las lecciones; que no hay región aislada ni mezquina cuando produce grandes corazones! * * * — Gratitud de un niño — Por mi niñez venturosa te rindo gracias, buen Dios, y te quiero y te bendigo por haber creado el Sol, la lluvia que nos refresca, la fuente, el ave y la flor. Gracias te doy por mis padres, y también gracias te doy por la estrella de la tarde de tan vivo resplandor, como los ojos de un ángel de tu celestial mansión. Gracias te doy por los seres que viven en mi derredor, por la escuela , por los libros en que aprendo la lección. Y te doy gracias por todo lo que ama mi corazón. * * * — Bellas cosas — Bella Tierra en que pisamos, bello Sol de disco espléndido, bellos astros de luz pura, bella estación de renuevo, bellos pajaros cantores, bellas rosas, lirios bellos, bellas montañas altivas, bellos arbustos modestos, bellos árboles copiosos, bello botón entreabierto, bellos la mole y el átomo, bello cuanto Dios ha hecho. * * * — Alegre rayo de sol — Dios te dé muy buenos días, alegre rayo de sol. ¿Cómo encendiste tan pronto tu fuego deslumbrador? Espantaste las estrellas, y la luna se apagó, acostar te vi ayer tarde. ¿Has dormido bien o no? Nunca duermo. De la tierra velando a los niños voy, sin descansar un instante, dándoles vida y calor. Despierto a los pajaritos, doy al mundo animación, y envuelto en mis resplandores, llevo la gracia de Dios. * * * Manuel Fernández Juncos nació en Oviedo, España en el año 1846 |
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