— En anverso y en reverso — Mi vida es un venir en anverso y en reverso. Sol de la tarde que cae dislocado, vestido y cerrado en mí, por ti, soledad. Sol de la mañana que crece firme, desnudo y abierto contigo. ¡Cuan fino estambre, amor, tu íntegra consecuencia! * * * — Un nardo en las sabanas — Una misma uña furiosa parece haber dibujado la Alhambra que serías finalmente, y las estelas de piedra mayas que te imaginaron y el oceáno agreste donde te encontré. Un jardín quebrado como los desiertos se añora y se adivina en sus nostalgias, y una sed de muerte asida a sus escarabajos desea todavía las flores prometidas de la estrella ¿cansada? de ser nueva que creara el mago en nuestro nombre para perpetuar por todo el orbe de mi vida tu eclipse de azucena y el nardo insomne de tu ausencia. Percibo el aroma de tu vuelo y sus almendras como una luz que titubea sus manzanas en la distancia aún sin luna donde fuiste amazona de mi alhambra antes que escaparas del sueño en tus halcones como un sol de limonero en la mañana una rosa solitaria en tu incensario un mito de jade maya que te encubre y un oceáno de palmas blancas –naturalmente caribe– como tú, que sacudes todavía con tu olor a las sabanas. * * * Marcos Reyes Dávila nació en el año 1952 |
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