Pedro Bernaola



— Sueño —

Tú vuelves, sueño mío, amordazado.
Tú vuelves con tu fuerza y bizarría
al lustre singular de su hidalguía.
¡Oh, lustre que otros quieren apagado!

Yo sé que al fin verás enarbolado
tu escudo de blazones a porfía,
sorbiendo en el azul la pleitesía
de todo un nuevo mundo depurado.

Y sé que ya tú escuchas o presientes
la frase lastimera de otras gentes
que toman tu silencio por desvío...

¡Demuéstrales que no has perdido el brío!
Y que aun corre en tus claros afluentes
el oro de tu historia y señorío.


— Por el negro basalto... —

Por el negro basalto de mi cielo sin risa
hoy asoma una estrella refulgente y dorada,
que en sus cósmicos rayos a mi tierra desliza
la divina simiente de su flora encantada...

Germinal instintivo: en mis áridos llanos
se me arrullan las aves y se cuajan las rosas
y se acercan alegres, sin temor a mis manos,
cinco mil amarillas y azules mariposas...

¡Oh, Señor! ¡Que no cambie su fulgor de topacio!
Que por siempre se quede prendida en el espacio
como un raro aderezo que arrebata a la luna.

Y al que en mágicas noches se me tiendan los brazos,
tras el puro quilate de fúlgidos abrazos
que devuelva los nardos perdidos a mi cuna.

Pedro Bernaola nació en el año 1919

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