Aquí, en el mar insomne, cual mi anhelo,
busco la paz, el sueño busco en vano...
su fulgor lanza lívido y lejano
a luna muerta... ¡oh soledad del cielo!
Tiembla en la onda, que ilumina, el rielo,
el rielo palpitante, tan humano
que imita la escritura de una mano
el temblor de un adiós en un pañuelo...
No puede ser casualidad... no puede...
yo estoy leyendo sobre el Mar Caribe
lo que en mi propio corazón sucede...
Y es que aquel nombre que jamás exhibe,
el dulce nombre, que a mentar no cede,
mi alma de luna sobre el agua escribe...