— Grito — Un grito silencioso, insomne trasciende el rosado de los dedos de la glamorosa burócrata del día. Un enajenado aullido llega a mi sien prendido del rastro de murciélagos que alguno, en su inocencia, confunde con pajarillos azules. Es ahí, en ese lugar donde el día declara su monopolio y la mente cree ejercer su independencia del ritmo natural: Allí, donde por un instante muy breve entregada a la resonancia y a la inercia abandonada al letargo necesario de las leyes que rigen todo objeto, allí, donde el afuera se pinta de color adentro, y el adentro se siente acompañado, allí, es cuando escucho. Bienaventurados los oídos sordos a tu grito porque ellos heredarán, del reino, los colores. * * * Rima Brusi Gil de la Madrid nació en San Juan en el año 1970 |
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