— Patria — ( fragmento ) Yo quiero que en mi tumba solitaria la cruz, que al nombre maternal va unida, recoja de mis hijos la plegaria, formulada en la lengua esclarecida que, de cultura al verbo prodigioso, estremeció la América escondida. Yo espero que mi fúnebre reposo ampare con su sombra esa bandera que dió a mi cuna pabellón hermoso, y que, al soplo de brisa placentera, muestra ufana el ibérico linaje que el polvo de los siglos no vulnera. Tributo a esos emblemas vasallaje. Mas ¡Patria! he de llamar en tanto viva con el vehemente paternal lenguaje, a la encantada Borinquen nativa, que encendió con su sol mis ilusiones, que las cenizas de mi hogar cautiva, que entraña en su vigor mis afecciones, y con el jugo de mi carne muerta ha de nutrir sus ásperos terrones. Hijo del siglo, mi razón abierta ofrezco a la sanción cosmopolita que del progreso la virtud concierta. ¡Fraternidad universal! me grita la ciencia en sus arranques soberanos. ¡La aurora avanza de esa luz bendita! Pero mientras los ímpetus tiranos de expoliación y odio no concedan todo el globo por patria a los humanos, a mis labios dejad que, libres, puedan Patria llamar a la región querida donde en goces de amor las horas ruedan; donde la paz fructífera se anida bajo el regio dosel de los palmares, en que repite el aura embebecida, como intensa oración de los hogares, del trabajo el exámetro estridente, perfumado por lirios y azahares, cortado por el ritmo persistente de un mar que copia en su cristal sereno el zafiro de un cielo transparente. * * * Salvador Brau Asencio nació en Cabo Rojo en el año 1842 |
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