— He sacudido... — He sacudido con el deseo y la esperanza las cortinas de la ventana del cuarto en las tardes, a las cuatro, a la hora en que logro escapar de la rigidez del escritorio y de las manipulaciones circenses de la burocracia infernal. Te escucho rasguñar paredes trazar rasgos locos que desangran por las esquinas telas descuadradas. Sé que me esperas atormentado has dejado la ventana abierta en tu hora terrible cuando el sol y el ruido de los claxons de los carros atrapados en el tapón se dedican indiscretos a corromper intimidades. Pero yo permanezco aquí en esta orilla de la acera detenida, sumisa, desesperada aguardando masoquista el autobús de la agonía y de la dura realidad intentando pisar tierra intentando atragantar el llanto que no para sintiéndome indefensa ante tanto obstáculo y ante la maquiavélica y cruel maledicencia que nos persigue que surge más fuerte que yo que me obliga a repetirme cobarde que lo nuestro no puede ser pero todo en vano porque el alma reacia y subversiva ya se ha escapado destrozó tu portón salvó los 28 escalones violó tu puerta y desde hace rato yace aturdida bajo tu cuerpo amándote... * * * Sarah D. Irizarry nació en el año 1957 |
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