— Un requiem para versos — Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y, reposado, proclamarle al mundo que la poesía se ha muerto. Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y, al creerme poeta, saber que el sufrir ya no es mío. Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y poder sonreir al saber que Edipo es sólo un cuento. Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y saber que Hamlet será, quiera o no Shakespeare. Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y jamás releer «In Memoriam» al sentirme perdido... Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y decirle a Khayám que le sobra con mujer, pan y vino. Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y sentir que «Las flores del mal» han perdido su esencia. Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y morirme de risa al saber que Pruffrock murió ahogado. Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y jamas recordar a Collores cuando me sienta solo. Yo quisiera poder entonar un requiem para versos; y en la tumba de Bécquer jurar que ya no habrá poesía. Pero Dios, o el destino –o quien sea– me han forzado a creerme poeta, y no puedo por eso entonar un requiem para versos sin que antes los versos entonen un requiem para mí... * * * Samuel-René Quiñones nació en San Juan en el año 1941 |
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