Te he buscado, Señor, en cada cosa.
Te he buscado en la tierra y en el río,
te he buscado en otoño y en estío
te he buscado en el centro de la rosa.
Te he buscado en la tarde que declina.
Te he buscado en la noche y en la estrella.
Te he buscado en la cifra y en la huella.
Te he buscado en la luz y en la neblina.
Te he buscado en la linea y en la piedra,
en el torso adornado por la yedra,
y en todo lo que alienta, lo que existe.
En la rosa, en la estrella y en el río,
en el aire, la tarde y el estío,
y a solas en la sombra te escondiste.