— Desvelo — La noche no le pertenece a los devotos del pitrinche ni a los cardúmenes de cuerpos que se pudren bajo el agua perfumada de la cama. La noche es otra cosa. Un algo más. Más que una esquina anaranjada para medias rotas sin mujer. Más que la intimidad banal de los tecatos. Más que la escala cromática lograda bajo el seno izquierdo de Ana Emilia. La noche es pertenencia de las ratas aladas de los chinches-mimes de los perros ciegos del vecino y de los jugos amarillos que han dejado de ser sal. La sal es un nosotros. Un gesto irrepetible. Malogrado. Construido y consumado a unas horas donde el tiempo-carne ya no juega a palabrar. Xavier Valcárcel de Jesús nació en San Juan en el año 1985 |
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