— Extrañas nuestras charlas — Extrañas nuestras charlas y si es eso lo único que extrañas te conjuro a que te conviertas en viento en humo en sílabas que viajan con el polvo del desierto del Sahara Si eso es todo fuimos nada poco más que una ventisca una lluvia de Orionídas de octubre un caracol granulado el cascarón de un cobito con veintiún años de melancolías Si no maldices mi ausencia entonces no quiero haber sido presencia no quiero haber besado sido besada haber jugado a ser tu virgen tu parto tu princesa sin castillo tus estrías con sabor a miel Sigo aquí y me entretengo despeinando orquídeas, madreselvas despintando marquesinas descascarando el primer beso deshojando las primicias de un apretón de pechos arrancándome de adentro los dedos falotizados marchitando tu lengua colonizadora Y aborrezco cada sístole y diástole porque cada bombeo de sangre lleva marcado tu andrógeno nombre Extrañas nuestras charlas y si no me sueñas si no te duele si no se te acongojan los ojos si no salivas por mi memoria ni se te hincha el anhelo de reclamarme ni sacudes la cabeza para echar a un lado mi recuerdo Y si no te muerdes los labios ni te sangran si no gimes con los puños ni las manos se te acalambran entonces no me extrañes Yolanda Arroyo Pizarro nació en Guaynabo en el año 1970 |
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